Se muestra la autoestima como algo propio del ser humano, que se nos otorga desde el momento del nacimiento, pero en realidad es una construcción de la visión que tenemos de nosotros mismos y de la proyección que utilicemos para desenvolvernos en la sociedad. Al ser un proceso, la mayoría de las personas no trabaja en ello, hay dificultades para la práctica del mismo y está relacionado con el trato que tengamos con nuestra familia, pareja y amigos, pero sobre todo con lo que esperamos conseguir de nosotros.
Es indispensable ser capaces de reconocer hasta donde llega el amor propio sano para luego desarrollar relaciones sanas en cualquier aspecto de la vida cotidiana, si no se trabaja en ello, la felicidad y el autoestima siempre caerá en responsabilidad del otro. Podemos tener belleza, inteligencia y mucho dinero, pero si no se trabaja en la autoestima, si no se corrigen las actitudes negativas, es difícil que se consiga el bienestar pleno.
Amar siempre será una elección y no hay mejor inversión que el amor propio, es lo único que permanecerá toda la vida en nuestro camino.
La autoestima permite desarrollar los límites de nuestra personalidad, en busca de lo que será mejor para forjar el destino. Es necesario mirarse al espejo y que la imagen que capta nuestro cerebro sea agradable para nosotros mismos, si no fuera posible hay que repetirnos cada día frases que alienten a construir un mejor concepto, dejar de lado aquellos aspectos negativos e idealizar la mejor versión que podemos lograr.
La mente es poderosa, consigue todo lo que deseamos con ganas, para ello es necesario dejar de basarse en comparaciones, porque los resultados son duros y generalmente desalentadores. El amor propio funciona como la ley de atracción, atraes simplemente todo lo que piensas. Si consideras que tus parejas siempre te engañaron, o que no sos capaz de conseguir cierto puesto laboral, entonces es lo que te sucederá.